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26 marzo 2008

URBANISMO: Richard Rogers entierra mil plazas de aparcamiento en la estación y crea cuatro hectáreas peatonales

Los puestos para los vehículos se repartirán entre la fachada del edificio histórico y la nueva calle del túnel


Imagen:
Render del posible proyecto
en Campo Grande.









Según publica “Nortedecastilla.es” el proyecto del arquitecto británico Richard Rogers, en conjunción con las propuestas del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, prevé enterrar cerca de un millar de plazas de aparcamiento a los dos lados de la futura estación comercial de trenes. Este nuevo estacionamiento, uno de los más grandes de la capital, estaría dividido en dos partes, que tendrían entradas y salidas independientes.

En la actual fachada de la estación de Campo Grande se excavarían dos sótanos con capacidad para 500 vehículos, mientras que en la cara que dará al barrio de Delicias se habilitarán otras dos plantas para otro medio millar de turismos, que accederían por la nueva arteria que partirá el barrio de los talleres de norte a sur y que termina en el túnel de la calle Mikado hacia el Arco de Ladrillo.

Este gran garaje en rotación será fundamental tanto para los usuarios de las estaciones, que tendrán prioridad en su uso mediante una reserva de plazas suficiente, como para aquellos que se quieran acercar hasta el futuro centro comercial de Vialia y a la plaza del lucernario donde se concentrará también actividad de tiendas con la instalación de pequeño y mediano comercio.

Cuando se presentó el proyecto de Rogers se dijo que catorce aparcamientos jalonarían todo el corredor verde con el objetivo de liberar de tráfico este espacio de encuentro ciudadano. La propuesta del aparcamiento de la estación permitirá dejar como espacios peatonales cuatro hectáreas de terreno tanto en la plaza de los lucernarios -techo de los andénes-, como en la llamada plaza intermodal, dos óvalos por los que circulará el transporte público y privado únicamente para dejar o recoger pasaje, así como los autocares con destino a la futura estación de autobuses.

En ambos espacios la urbanización será dura, es decir, sin jardines y a base de hormigón, al abrirse debajo de ella nuevos espacios, en un caso las vías del tren a 8,5 metros bajo la cota de superficie y en el otro, las dársenas de los autobuses a 11,5 metros.

La plaza de los lucernarios, con unas dimensiones de unas 2 hectáreas (300 metros de longitud por 70 de anchura), será un gran espacio de encuentro ciudadano. En su lado norte se ubicará la actual marquesina que cubre la playa de vías de Campo Grande con la intención de que albergue mercados o exposiciones. Al sur se colocará la restaurada pasarela de los talleres, que servirá como conexión ornamental entre esta área y la zona residencial del barrio. En toda su extensión se abrirán grandes lucernarios. Aún no se ha definido su forma ni volumen, pero será fundamental su diseño con el objetivo de que sirvan para iluminar bien los andénes y a la vez sean atractivos y poco molestos para quienes paseen por la plaza. Aquí también será necesario abrir varias salidas de emergencia desde el túnel de la estación. Ejemplos como los de Norman Foster para las salidas del metro de Bilbao son algunas de las ideas que se barajan para combinar utilidad con diseño.

Respecto al mobiliario, al estar sobre un forjado, se limitará a bancos, jardineras y farolas. En el gusto de los arquitectos que dibujen la plaza estará el dotarla de vida y belleza. El otro gran espacio peatonal se ubica en la actual entrada a la estación de Campo Grande y se prolonga hasta la calle Estación. Son dos hectáreas de terreno con 400 metros de longitud y dos islas para los viandantes, de forma ovalada.

Los planos presentados por el equipo de Rogers definen espacios, pero en muchos casos la concreción de las formas, plantas y volumenes dependerá de proyectos arquitectónicos posteriores. Es el caso de la futura estación de trenes. Los técnicos tienen claro el objetivo de que los 71.000 metros cuadrados que se reservan para esta instalación, incluido el centro de Vialia, no desentonen con el edificio histórico que se conserva -podría admitirse un bloque escalonado para la estación nueva- y que tenga protagonismo lo ferroviario. Así, se plantea que la superficie comercial se aleje lo más posible del gran vestíbulo de acceso a los andénes. Desde un nivel intermedio entre los andénes y la superficie se plantean pasarelas de conexión a la estación de autobuses. De este modo, los viajeros que lleguen en tren, sí podrán coger el autobús sin tener que subir a la superficie. Al contrario no será posible, porque habría que poner otro control para el Ave, algo que se plantea inviable. En el túnel, al que se accederá mediante escaleras mecánicas y ascensores, habrá tres andénes para seis vías. En los próximos meses el Ayuntamiento tendrá que analizar el proyecto de Rogers y decidir con el Adif y con la Sociedad los detalles de esta nueva área de centralidad donde se levantarán también 2.636 pisos.

Ref.
Rogers Stirk Harbour + Partners [www.richardrogers.co.uk]

Fuente: Centro de Enlace AE, BCN