El periodista David Cohn publica un artículo en “Expansión” donde conversa con varios arquitectos españoles sobre la crisis inmobiliaria
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fotografía del Big Bang
En el último número del suplemento semanal “Expansión - Fuera de serie” se ha publicado un artículo de David Cohn donde conversa con varios arquitectos españoles sobre la crisis inmobiliaria, para tomar medida de esta y ver cómo piensan afrontarla.
El colapso financiero ha puesto punto final a la burbuja especulativa en el mercado de la vivienda. La falta de crédito y confianza generalizada ha alcanzado también el mercado de oficinas y espacios comerciales y, lógicamente, los arquitectos españoles han notado el frenazo. “Muchos estudios están cerrando, principalmente los dedicados a la vivienda comercial. Los arquitectos más jóvenes también están afectados. Todos los días recibimos peticiones de trabajo”, comenta Francisco Mangado. “Casi todos los promotores se han quedado a cero. Y no pagan. Es un desastre. Hemos ido en tres meses de la euforia a la ruina”, explica, a su vez, Carlos Ferrater.
Todavía es temprano para medir en cifras los efectos de la crisis. El problema es que ahora la mayoría de visados son de reformas, y antes eran de obra nueva. Eso significa que hay una paralización muy importante en el sector. “Hay que absorber el exceso de producción, que se cifra en un millón de viviendas, cuando la necesidad, según el índice de generación de hogares, no debería superar las 400.000”, explica Paloma Sobrini.
La crisis ha empezado a afectar al sector público de la construcción, el campo en que la arquitectura española más se ha destacado en las últimas décadas. “Los ayuntamientos están arruinados, y no pueden hacer frente a las obras que ya tienen en marcha. Por un lado tienen que promover obra para luchar contra el paro, pero por el otro tienen las arcas vacías”, afirma Carlos Ferrater. “Los proyectos públicos se han detenido sin una paralización oficial. Si preguntas, todo sigue adelante”, aclara Rafael de La-Hoz.
El denominado “Plan Zapatero”, que inyecta 8.000 millones de euros en las arcas municipales para obras de ejecución inmediata, propone mejorar la situación, aunque se trata más bien de proyectos ya preparados. Parece que los fondos estatales se utilizarán solo para no aumentar más las enormes deudas pendientes de los ayuntamientos. “El capital fijo construido de obra pública, infraestructuras y equipamientos sociales está todavía por debajo de los índices europeos y norteamericanos”, declara Paloma Sobrini. Mientras tanto, se siguen anunciando concursos para proyectar pequeños equipamientos públicos, servicios y edificios de vivienda pública. “Ahora hay mucha más gente compitiendo por cada proyecto, y a veces falta algo de transparencia en los resultados”, afirma Auxiliadora Gálvez.
Para estudios más establecidos, los concursos y encargos fuera de España ofrecen un campo para diversificar actividades y riesgos. Parte del éxito de la arquitectura española se debe al tiempo que sus arquitectos dedican a la enseñanza, una dualidad de enfoque que muchos citan también como punto de apoyo en tiempos difíciles. Este equilibrio entre la actividad académica y profesional ha nutrido una cultura arquitectónica creativa y abierta a la investigación y la innovación, pero sin divorciarse de los problemas prácticos de la profesión y del mundo real. “Todos hablan del milagro español y quieren imitarlo”, comenta Rafael de La-Hoz. “Pienso dedicar más tiempo a la investigación. Es necesaria una reacción positiva, de mirar hacia adelante”, afirma Carlos Ferrater.
Ante la situación de incertidumbre actual, muchos profesionales apuestan por poner al mal tiempo buena cara. “Los momentos de crisis son excelentes para hacer limpieza de ciertos abusos que se han producido en los últimos años. La gente agudiza el ingenio y la capacidad para inventar y explorar nuevos caminos”, comenta Luís Vidal. “Yo no hablaría más de crisis en la arquitectura y el diseño, sino de cambio, que es una palabra menos nefasta. Estamos viviendo un cambio histórico del que nacerán nuevas ideas y corrientes. Habrá víctimas, pero los supervivientes encontrarán su recompensa y se crearán nuevos edificios y nuevos arquitectos”, explica Teresa Sapey.
Arquitectura y sociedad avanzan o retroceden juntas. La situación social y económica de un país afecta de manera directa a lo que en él se construye y cómo se hace.
Ref.
Expansión - Fuera de serie [www.expansion.com]
Fuente: Centro de Enlace AE, BCN
Publicado por: Eduardo Almalé